- Área: 3100 m²
- Año: 2010
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Fotografías:David Frutos
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Proveedores: Alumafel, KOMPAN, LAND-PORCELANICO, Lledò, Pacadar, UrbanPlay
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Proyecto se ubica en Alboraya, un municipio próximo a Valencia, España. Durante años, sus habitantes habían sufrido las consecuencias de una línea de transporte público que segmentaba el territorio en dos. El Departamento de Infraestructura y Transporte, preocupado por esta barrera arquitectónica, nos asignó este proyecto tras quedar finalistas en un concurso anterior convocado para el diseño de un prototipo de parada de tranvía.
Nuestra primera intención fue resolver el problema de conectividad de la ciudad. Encontramos la clave diseñando la nueva estación bajo tierra, eliminando la mayor parte de los antiguos raíles. Esto nos permitió coser las dos partes de la ciudad de nuevo y, para ello, proyectamos un gran parque.
El parque tiene una superficie aproximada de 6.000 metros cuadrados. Lo forman siete terrazas situadas a diferentes niveles que nos conducen desde la calle hasta el hall de la nueva estación. Apostamos por crear diferentes ambientes en él: desde áreas de descanso para los más mayores hasta parques infantiles para los más pequeños donde una gran variedad de especies arboleas arrojan sombras para protegerlos de los rayos del sol.
Con respecto a la estación de tren, desde las primeras fases de diseño fijamos algunos objetivos que queríamos alcanzar. Y es que, muchas veces los pasajeros se sienten desorientados cuando bajan del metro. Intentan buscar la salida siguiendo la señalética que los guían a través de corredores laberínticos que no son lo suficientemente claros. Esta era exactamente la situación que queríamos evitar en nuestro proyecto.
Nuestro objetivo era conseguir que el usuario disfrutase de una experiencia de viaje cómoda y positiva. El flujo tenía que ser fácil y lógico. Dividimos el espacio en dos áreas diferentes: el acceso -que tiene hermosas vistas al parque- y la plataforma -que se encuentra bajo tierra y cuenta con gran altura-. Esta segunda área fue la que más nos preocupó.
Queríamos disfrutar de la luz natural en la plataforma, que estar allí apeteciese. El parque nos ayudó a conducirla bajo tierra para que, al salir del tren, los pasajeros, ya fuesen regulares o esporádicos, pudiesen apreciar claramente el espacio en el que se encuentran y, por lo tanto, salir de la estación fácilmente guiados por los rayos del sol.